¿Sabes lo poderosa que es la mente? «Podemos inventar, crear, experimentar y destruir cosas sólo con los pensamientos», suele decirse. Precisamente por eso es tan importante despejar lo que no te sirve y dar espacio a lo que sí. La salud no consiste sólo en lo que comemos. También tiene que ver con lo que pensamos, decimos y hacemos. La conversación que mantienes contigo mismo en la intimidad de tu mente tiene mucho que ver con tu salud general. Por desgracia, a menudo nuestra mente se ve bombardeada por cosas triviales que nos agobian, dejando poco espacio para el crecimiento.
Pasamos gran parte de nuestra vida centrándonos en cosas y personas que, en última instancia, realmente no importan. Imagínate si esa energía y ese enfoque se redirigieran hacia algo y alguien más importante… ¡tú! Despejando lo que no te sirve, las oportunidades son infinitas.
1. Deja de rodearte de gente con energía negativa
Puede tratarse de personas que se quejan constantemente o que siempre te están criticando. Aléjate de su energía lo mejor que puedas: la vida ya es bastante dura sin tener que tratar con este tipo de personas. Cuando pases tu tiempo con personas que te motiven y te impulsen a alcanzar tu mejor potencial, te sentirás rejuvenecido y vivo. Probablemente sea más fácil decirlo que hacerlo, así que empieza por establecer unos límites más claros con estas personas: es una de las formas definitivas de autocuidado.
2. Deja de pretender estar bien con cosas con las que no estás bien
Quizá se deba a una incapacidad para comunicarte o a la necesidad de complacer a otras personas, pero pretender estar bien con cosas con las que no estás bien es una carga enorme. Si algo no te funciona, no tengas miedo de decirlo. Esto puede ser más difícil en el trabajo y puede requerir cierta delicadeza dependiendo de la situación, pero cuanto antes seas capaz de hacerlo, más ligero te sentirás. Practica decir que no, ¡aunque tengas que hacerlo a solas frente al espejo! Cuanto más ejercites este músculo, más fácil te resultará y más a gusto te sentirás contigo mismo.
3. No dejes que el auto-sabotaje, el miedo o el diálogo interno negativo se interpongan en tu camino
Todos somos culpables de ello, pero realmente subestimamos el poder que tiene esa vocecita dentro de nuestra cabeza. Cuando te dices a ti mismo que no eres lo bastante inteligente, lo bastante guapo, lo bastante digno, etc., llegas a creértelo. Tu sentido de la autoestima puede hacerte o deshacerte. Utiliza tu voz interior para construirte a ti mismo en lugar de destruirte. Cuando dejas que el miedo dicte tus decisiones o te impida ir tras lo que quieres, puedes pensar que estás minimizando el riesgo de fracasar, cuando en realidad ya has fracasado. Cree en tí. Deja de permitir que el miedo a lo desconocido o a lo que va a suceder, te permita avanzar.
4. Renuncia al control de las situaciones que no puedes cambiar
No puedes controlarlo todo ni a todos, y desde luego no puedes controlar las acciones de los demás. Sólo puedes controlar tus acciones y, sobre todo, tus reacciones. Hay una cita famosa que dice: «Preocuparse es como una mecedora; te da algo que hacer, pero no te lleva a ninguna parte». Dejar ir la preocupación te aportará una nueva sensación de flotabilidad. Cada vez que surja una situación en la que te sientas frustrado por el resultado o por cómo la está gestionando otra persona, respira hondo unas cuantas veces y pregúntate: «¿Qué consigo preocupándome en esta situación?». Lo más probable es que la respuesta sea: «¡Nada!».
5. Deja ir tu necesidad de tener todas las respuestas
Como humanos, tenemos un deseo innato de dar sentido a todo, pero es bien no saber. Acepta el hecho de que a veces las cosas pueden no tener sentido para ti. No necesitas volverte loco sobreanalizando cada pequeña cosa que ha ocurrido y preguntándote por qué. El tiempo es demasiado valioso para malgastarlo. La mayoría de las veces, comprenderás mejor una situación o un problema más adelante, aunque ahora no le encuentres sentido.
6. Deja de esperar que alguien o algo te salve
No hay un caballero cabalgando en un caballo blanco, ni un príncipe o una princesa que te despierte de repente de un profundo letargo con un beso. La vida no es una película de Disney, pero ¿adivina qué? ¡No necesitas que te salven! Es probable que todo lo que necesitas ya esté dentro de ti. Para aprovechar este conocimiento, cree en ti mismo y sabe que eres perfectamente capaz de salvarte si surge la necesidad. Aunque tener un buen sistema de apoyo es importante y es reconfortante saber que hay personas que pueden ayudarte cuando lo necesites, saber que puedes cuidar de ti mismo aumenta la confianza y la sensación de seguridad.
7. Reconoce tus errores sin insistir en ellos ni en el pasado
Dejar ir el pasado en realidad abre espacio para que otras cosas (¡mejores!) lleguen a tu vida: confía en el proceso y permítete seguir adelante. Ten fe en que algo o alguien del pasado está destinado a estar ahí (al menos de momento). Dejar el pasado en el pasado no significa que lo estés olvidando o ignorando, sino que te estás centrando en el presente y en tu futuro. Reconoce tus errores, aprende de ellos, aprovecha las lecciones y aplícalas a tu futuro. Al fin y al cabo, como dice el proverbio: «Un error sólo es un error cuando no aprendes de él. De lo contrario, es una lección».
Conclusión:
¿Te resuena alguna de ellas? Puede que algunas más que otras. Ojalá pudiera decir que las domino todas, pero la verdad es que, como todo el mundo, siempre estoy en proceso de desarrollo. Sin embargo, he avanzado mucho en la limpieza de lo que no me sirve personalmente y, como resultado, he aprendido a ser mejor comunicadora y a sentirme mejor conmigo misma. Hacer sitio para lo positivo allanó el camino para muchas oportunidades profesionales y mucho crecimiento personal. Limpia lo que no te sirve y empieza a vivir tu mejor vida: ¡te lo mereces!
Con cariño,
Celes y Equipo TICA 💗